sábado, 13 de septiembre de 2025

El Plan de Emergencia Habitacional y el rol cada vez menos silencioso de la DOM

En los últimos años, el Plan de Emergencia Habitacional ha marcado la pauta en la política pública de vivienda en Chile. Más allá de ser una meta numérica de unidades por entregar, este plan encarna un esfuerzo coordinado que revela la complejidad del ciclo de vida de un proyecto inmobiliario, especialmente en el marco del DS49, destinado a vivienda social.

Un proyecto de esta naturaleza no surge de manera espontánea. Se inicia con la demanda organizada, familias que, tras años de espera y organización comunitaria, logran abrir camino hacia la concreción de su “derecho” a la vivienda. Luego interviene el Ministerio de Bienes Nacionales, que entrega un terreno —un pedazo de Chile— a la noble misión de atender la carencia habitacional. Posteriormente, a través del presupuesto del MINVU como principal esponsor, sumado al aporte del Gobierno Regional, se orienta, financia y empuja el proceso. Se suman las Entidades Patrocinantes y las constructoras, que transforman los subsidios en obras materiales, levantando barrios donde antes había solo terreno.

En este engranaje complejo, la municipalidad y su Dirección de Obras Municipales (DOM) también tienen un papel central. Somos parte de la maquinaria y, como tal, hacemos ruido; pero ese ruido no es accesorio, es el sonido de una máquina que no debe parar: revisar, inspeccionar, corregir y resolver para garantizar que cada obra cumpla con las normas urbanísticas y de edificación antes de ser entregada. No buscamos aplausos —no los necesitamos—, pero sin este eslabón técnico, la cadena se rompería.

El resultado de este engranaje coordinado se aprecia en hechos concretos: más de 650 familias celebran hoy las Fiestas Patrias en su nueva vivienda, no porque se alinearon los astros, sino porque se alinearon profesionales y técnicos. Arquitectos, ingenieros, constructores, funcionarios públicos y equipos municipales que, en conjunto, hicieron posible terminar obras, subsanar observaciones, aprobar normativas y entregar las llaves a quienes por tanto tiempo lo esperaron.

La experiencia demuestra que la vivienda social no es solo un producto físico. Es el desenlace de un proceso donde la política pública, la gestión técnica y la responsabilidad social se entrelazan. En tiempos donde la urgencia habitacional sigue siendo uno de los mayores desafíos del país, el Plan de Emergencia Habitacional no solo entrega casas: restaura dignidad, teje comunidad y fortalece la confianza en las instituciones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario