jueves, 13 de noviembre de 2014

"Sigue en tu bicicleta Perico"

Corrían los años 80s y un pegajoso comercial del Banco Santiago se hacía famoso con la frase: "Cómprate un Auto Perico". La historia era más o menos así: Un enamorado Perico recorría las calles en bicicleta, con un ramo de flores para su enamorada Ismenia. Al pasar  por distintos lugares, a coro le gritaban "cómprate un auto Perico", se supone que era gracioso por lo anticuado de su medio de movilización. Este comercial, no evaluó lo feliz y la saludable vida que podía llevar Perico, y fue tan fuerte su mensaje que estigmatizó el uso de las bicicletas y las asoció por mucho tiempo a pobreza y como dirían ahora a lo poco convencional que es no tener un auto, que desde entonces representaba lo moderno y lo sofisticado. 
 
Hoy, casi 20 años después la cosa es muy diferente, cada día el uso de la bicicleta gana más adeptos y a través de ellos más espacios urbanos para la implementación de Ciclovías y bicicletarios (estacionamientos). Cabe la reflexión del " daño" y del tiempo perdido, en relación a otros países, especialmente los europeos, en  el uso de los vehículos menores como parte integrante de un moderno, ordenado y descongestionado sistema de transporte público.  El  haber instalado en el inconsciente colectivo que tener y usar una bicicleta era señal de pobreza y que solo el tener un auto, aunque me significara pagarlo en "comodas cuotas" mensuales por 10 años, sería  la manera de demostrar progreso y bienestar familiar, y distanciarme de lo mundano y lo vulgar que significaba trasladarme en dos ruedas.
 
El  uso de bicicleta, hoy en día, demuestra un grado de sofisticación,  se reconocen modelos urbanos especiales e indumentaria distinta que eliminaron los perros de ropa en los pantalones para que no se enredara en la grasosa cadena. 
Pero lo principal de este recurso es  sin duda lo conveniente para la salud de las personas, el combate al sedentarismo, a la inmovilidad, a la obesidad, al estrés,  que día a día confabula con empeorar la condición física  de los que no quisieron parecer pobres y anticuados y se encalillaron para comprar un auto como lo hizo Perico. 
Reconociendo todas estas ventajas lo que corresponde ahora sería disculparnos con Perico y gritarle con fuerza "sigue en  tu bicicleta Perico"
 
Juan Arcaya Puente

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